Editorial
Hace apenas diez días, el pasado 13 de noviembre, el Frente Polisario, por voz del máximo representante del pueblo saharaui, Bahim Ghali, declaró que consideraba rota por Marruecos la tregua acordada en 1991 y, en consecuencia, el pueblo saharaui retornaba al estado de insurgencia y guerra que había asolado el Sáhara Occidental durante quince años