VI Época - 56

UNA MATANZA, ¡EJECUTADA EN NUESTRO NOMBRE!, PERO SILENCIADA.

Y una Mordaza interminable, que no se deroga

Si hay algo peor que el crimen y terrorismo de estado

es la indiferencia, cuando no puro desprecio y apatía,

con que la sociedad normaliza estos hechos e ignora a sus víctimas.

Tal actitud es, sencillamente, rampante y suicida inhumanidad

Esta es la situación que ahora mismo estamos viviendo en nuestro país.

En lo que va de 2021 han muerto trágicamente en su intento de llegar vía marítima a España 1.255 personas, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), cifra que sube a 2.087, según la asociación Caminando Fronteras, con datos obtenidos a pie de ambas orillas de la frontera sur de Europa. Según la OIM, sus cifras en la ruta africana-Canarias, a finales de noviembre, apuntan a que en 2021 habían muerto ahogados en alta mar 560 migrantes, otros 313 murieron en las barcazas, víctimas durante la navegación de condiciones ambientales extremas (frío o insolación), hambre o sed. Otras 57 habrían muerto tras el naufragio, ante la costa. Cerca de 100 de las víctimas eran menores y, entre ellos, niños y niñas de muy corta edad.

En cualquier caso, se trata de una homicida estadística, fría y deliberadamente construida por el parlamento español; brutalmente ejecutada por el gobierno nacional; servilmente garantizada por el entramado judicial español y obscenamente sustraída y apartada del debate público por las Corporaciones “Informativas” y su mediocre falange de tertulianos, entretenedores y chismorreadores a sueldo. En este punto, rige la más completa unanimidad para todos los medios informativos televisivos, radiofónicos, escritos o de las redes ‘sociales’ (¡va siendo hora de retirarles esta consideración, que usurpan!), pues todos ellos, practican la misma infame liturgia.

Para valorar cuan eficaz viene resultando esta voluntad política -acordada de hecho por todo el espectro político, de uno y otro signo- en la construcción de la indiferencia social y deshumanizada apatía de la población respecto de esta matanza, baste con que el lector de este escrito llegue a recordar (¡si ello es posible, a quien nunca se le informó!) la reacción (¡que no hubo!) ante los siguientes sucesos, ocurridos en los últimos veinte días:

13 de noviembre – 1 de diciembre: Desde el 13 de noviembre al 1 de diciembre, la oficina de la Organización Internacional de Migraciones en la zona, señala que han muerto al menos 40 personas migrantes intentando alcanzar las islas Canarias, desconociéndose el número real -es seguro que muy superior- al no haberse localizado ningún resto ni superviviente de embarcaciones que se asegura han salido de las costas marroquís o del Sáhara ocupado.

16 de diciembre: Mueren 75 migrantes frente a la costa de Libia, al naufragar durante la noche una embarcación repleta de migrantes, cuando intentaba cruzar el Mediterráneo y llegar a las costas de Europa.

3 de diciembre: Un bebé de dos meses fallece en los brazos de su madre, cuando la lancha neumática en la que iban intentaba alcanzar las costas de Fuerteventura tras zarpar del Aiún, en el Sáhara Occidental ocupado militarmente por Marruecos.

6 de diciembre: Durante la noche de este día se produjeron en el mar canario-sahariano dos naufragios de otras tantas barcazas y, al menos, cinco muertes. Cuatro de los fallecidos, se perdieron en el Atlántico: tres adultos y un bebé, mientras que el quinto cadáver se recuperó en la isla de La Gomera.

Al amparo de esta criminal política (des)informativa y la apatía general lograda, el gobierno español se sabe impune y con las manos libres para reprimir, violentar, acosar y aplicar la Ley Mordaza a los colectivos y organizaciones que, como “Caravana Abriendo Fronteras”, protestan y denuncian el crimen que a diario se está cometiendo ‘en nuestro nombre’.

2021 ha sido el primer año que Caravana Abriendo Fronteras lleva las protestas por las políticas de migración europea a Canarias, y es la primera vez que la convocatoria ha acabado con multas para varias de las personas que han participado. Más de 7.500 euros en sanciones en el marco de la Ley Mordaza.

Además de las sanciones recibidas, desde la Caravana recuerdan las agresiones sufridas por los manifestantes en la protesta celebrada el 21 de julio en Santa Cruz de Tenerife y la detención arbitraria y discriminatoria de dos migrantes que habían participado en la manifestación, cuando esta ya había acabado.

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