SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL
Una operación propagandística, mentirosa y falaz
Ahora, aplicándolo al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), el gobierno de PSOE-Unidas Podemos utiliza el mismo modelo de ‘comunicación política’ que en 2013 utilizó Mariano Rajoy para camuflar una calculada operación de pérdida generalizada del poder adquisitivo de las pensiones, bajo la apariencia de una menguada subida anual del 0,25%. Por aquél entonces la respuesta social no se hizo esperar: “subida de mierda”, “intolerable pérdida de poder adquisitivo superior a un punto porcentual”, “recortes efectivos de hasta 350 euros el mes”, “Tomadura de pelo” … Con razón, todos clamamos frente a la infame impostura de Rajoy, quien en la campaña electoral que le valió el acceso al poder había dicho: “devolveremos a los pensionistas el poder adquisitivo que les arrebató Zapatero al congelar las pensiones”.
¿Y, ahora? Ahora, muchos de los que por entonces con toda razón y justo motivo gritaban, ahora callan, sino aplauden. ¿Cómo es esto?
El ministerio de Trabajo, presidido por la ministra Yolanda Díaz, líder de Unidas Podemos, ha alcanzado un principio de acuerdo con la corporación CCOO-UGT para la subida de 15 euros del Salario Mínimo Interprofesional (de 950 a 965 euros) a partir de este mes de septiembre de 2021, con el compromiso no cerrado de “avanzar” hacia los 1.000 euros en 2022 y a 1.050, en 2023.
Al igual que hiciera Rajoy en su momento, también ahora la medida es publicitada por el gobierno “progresista” de coalición y compinches en la faena como “un gran logro”, como una manifestación excelsa de su política de “no dejar a nadie atrás”. Sin embargo, semejante palabrería, no resiste el más mínimo contraste con la tozuda realidad.
Con 15 euros mensuales de incremento, el asalariado con SMI ni siquiera podrá hacer frente a la subida del coste de la luz en su domicilio, si es que lo tiene, ya cerca de un 40% más cara que hace un año. Pero si nos referimos al Indice de Precios al Consumo (IPC), lo que en verdad significa esa ‘subida’ de 15 euros (apenas un 1,6%) es una bajada real de las retribuciones y poder adquisitivo del millón y medio de trabajadores que cobran el SMI, que verán como sus ingresos siguen devaluándose con el aplauso de las corporaciones sindicales del régimen, CCOO-UGT, el gobierno PSOE-Unidas Podemos y la sonrisa burlona de la CEOE, que es seguro no se acaba de creer semejante regalo, aún cuando, de cara a su clientela, siga escenificando un disgusto que está lejos de sentir.
Esto es lo que evidencia el hecho de que el SMI suba a partir de septiembre un 1,6% frente al 3,3% que ya han subido los precios en general en estos últimos ocho meses. A comienzos de octubre, quienes reciban en su nómina esos 965 euros de los que ahora presumen el gobierno y las burocracias sindicales de CC OO y UGT, juntamente con su coro mediático, serán en su salario 16 euros más pobres que hace un año. Esto sin contar que un índice como el IPC está muy lejos de reflejar la subida real del precio de la vida, que suele ser bastante superior.