VI Época - 50

CONCLUYENTE INFORME DE LA OMS–OIT SOBRE SINIESTRALIDAD LABORAL

Las largas jornadas de trabajo son el factor de riesgo laboral más letal 

Como recogíamos en La Campana (VI Época, nº 40, del 11 de mayo 2021), con motivo de celebrarse el 28 de abril el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informaba de que en 2020 “se han producido más de 2,7 millones de muertes por accidente laboral, una cifra que supera el número oficial de fallecidos por Covid”. Y, nosotros añadíamos, “No obstante, la brutal mortandad por accidentes de trabajo y enfermedades laborales, se repite año tras año desde ni se sabe cuando, en medio de la indiferencia cómplice de las autoridades estatales de cada lugar, como si se tratara de una catástrofe natural e inevitable”.

El pasado 10 de septiembre, las entidades de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han presentado conjuntamente la investigación ‘Estimaciones conjuntas de la OMS y la OIT sobre la carga de morbilidad y traumatismos relacionados con el trabajo, 2000 – 2016: informe de seguimiento mundial’.

Según dicho estudio, la mayoría de los casi tres millones de muertes relacionadas con el trabajo se debieron, en último término, a enfermedades respiratorias y cardiovasculares, pero el origen de estas patologías hay que buscarlo en las condiciones de trabajo y, más concretamente, en algunos de los 19 factores de riesgo laboral que analiza el estudio, siendo el más letal “las largas jornadas de trabajo”.

Ambas agencias de la ONU calculan que las jornadas laborales de 55 o más horas semanales provocaron al menos 745.000 defunciones por accidentes cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas sólo en 2016. Según la investigación de OMS-OIT, en ese mismo año, en España murieron 856 trabajadores por dicha causa (jornada laboral excesiva y sobrecarga de trabajo, como factor determinante de la letalidad), sobre un total de 9.186 fallecidos por causas relacionadas con el trabajo. Le sigue en peligrosidad la exposición en el lugar de trabajo a la contaminación del aire (partículas en suspensión, gases y humos), que provocó por su parte al menos 450.000 muertes. Los traumatismos laborales causaron “el 19% de las muertes (360.000 muertes)”, apunta el informe.

El informe no deja de señalar que esta enorme sangría y muertes prematuras son, en la gran mayoría de los casos evitables, correspondiendo a las empresas la responsabilidad de mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores en sus dependencias “cumpliendo sus compromisos de proporcionar una cobertura universal de servicios de salud y seguridad en el trabajo” y, por supuesto, respetar “los límites saludables del tiempo y sobrecarga de trabajo”.

Más allá de los datos ofrecidos -reveladores en su mero enunciado estadístico de la brutalidad de los sistemas de trabajo vigentes- no podemos dejar de señalar la lamentable jerga burocrática y cínicamente fría utilizada en su informe por los investigadores del tándem OMS-OIT. Este estilo literario, falsamente científico, no tiene más objetivo ni función que el de disimular la responsabilidad que cabe en esta matanza planetaria al régimen capitalista y a sus cómplices locales, las autoridades nacionales. Es decir, la responsabilidad que cabe a la organización de la producción y la actividad laboral bajo los principios de mercantilización general y beneficio privado.

Una vez más hemos de reiterar nuestro llamamiento sindical a poner fin a esta situación injustificable. Como ya decíamos en La Campana mencionada al principio la escalofriante dimensión de estas cifras de muerte y mutilación “manifiestan la imperiosa exigencia de que las organizaciones sindicales -entre ellas la nuestra, la CGT- reivindiquen e impongan con toda la contundencia posible la reducción de la jornada semanal máxima de 40 a 35 horas, la regularización de los descansos y desconexión obligatorios, sistemas de protección y prevención adecuados a cada sector y puesto de trabajo, estrechar los vínculos con la salud y la higiene públicas … y, ya en nuestro ámbito concreto, combatir y denunciar el sistema actual de las Mutuas laborales, así́ como la escasa funcionalidad y dotación en medios de la Inspección de Trabajo.”

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