LA ‘MEMORIA DEL OLVIDO’ DE MÉDICOS SIN FRONTERAS
16 fotografías de Juan Carlos Tomasi
En el primer cuarto del siglo XXI, las grandes empresas del sector de la Información y el Espectáculo, han logrado adiestrar a millones de personas de muy diferentes países, en la desmemoria y olvido inmediatos de todo aquello cuyo interés les vendieron hace apenas unas semanas. Sean guerras, tremendos desastres, gloriosos logros, magníficas infamias o seductores simulacros … el totalitarismo mediático declaró prohibida la atención duradera. Es imperioso que la población mundial esté entretenida y seducida con aquello que se les muestra desde la pantalla, pero a condición de que ese ‘entretenimiento’ resulta estéril y nada deje en el ánimo ‘huella’ suficiente.
El libro “La memoria del olvido” de Médicos Sin Fronteras (MSF), ilumina con toda intensidad esta planetaria operación de narcotización social. A través de 16 magníficas fotografías de Juan Carlos Tomasi, MSF trata de devolver a la Memoria de sus lectores, el Olvido programado de aquellos sucesos que verdaderamente deberían importarnos y tener muy presentes, como condición necesaria para la urgente solidaridad y la rebeldía contra unos poderes y regímenes abyectos que arruinan la vida del planeta y nos amargan la existencia.
Fotos 1 y 2 – En cualquier año y día de este siglo XXI, en Etiopia una mujer da a luz a su pequeño, al que no podrá alimentar y es seguro que morirá pronto, ya que así lo ordena el orden geopolítico y económico mundial, responsable del hambre, la desnutrición severa y la miseria de más dos mil millones de personas.
Foto 3 – Yenín es un campamento de refugiados palestino en el Territorio Palestino Ocupado por Israel. El 3 de abril de 2002, el ejército israelí irrumpió violentamente en Yenín. Los carros de combate israelíes arrasaron con todo. En dos meses, según los registros del hospital de la ciudad, murieron 52 palestinos. Durante los ataques, que duraron quince días, más de 150 edificios fueron destruidos, dejando a cientos de familias sin hogar.
Foto 4 – En la región sudanesa de Darfur, fronteriza con la República Centroafricana, el Chad y Libia, viven más de 9 millones de personas, de ellos más de 2 millones en campos de refugiados. Vivir es un decir, pues agonizan entre la pobreza, en campos de refugiados que no pueden detener la devastación de la guerra interminable que los intereses económicos de grandes empresas situadas a miles de kilómetros les imponen. En los últimos años -hasta ahora mismo- unas 95.000 personas de Darfur han sido asesinadas y un cuarto de millón han muerto víctimas de la hambruna y la miseria.
Foto 5 – En la región centroafricana de Bouca, viven unos 5 millones de habitantes. En 2013 en Bouca, los equipos de MSF tuvieron que ser evacuados después de recibir serias amenazas por parte de los grupos armados que controlaban la zona. Fueron testigos de ataques contra la población, ejecuciones sumarias, asesinatos, agresiones a machetazos e incendios de barrios enteros. Miles de personas se escondieron y buscaron refugio en los bosques y campos aledaños a sus pueblos, por miedo a las venganzas y la represión. La situación se complicó con la llegada de la estación de lluvias y la proliferación de mosquitos. Cuando MSF volvió a los centros de salud y los desplazados regresaron, se comprobó que gran parte de los niños y adultos habían enfermado de malaria. La conflictividad bélica continúa a día de hoy. En marzo de este año, el ejército de un bando conquistó la ciudad de Bouca a las milicias rivales.
Foto 10 – En 2015, miles de refugiados, en su mayoría sirios, después de recorrer cientos de kilómetros, intentaron desesperadamente cruzar la frontera entre Serbia y Hungría por el paso de Röszke-Horgoš. La Policía húngara se lo impidió, empleando violencia extrema. Cientos de familias siguen esperando en condiciones degradantes ante una inmensa valla y sus dos “pasos” fronterizos. Se trata de unos militarizados contenedores de metal que no dejan pasar a casi nadie. Algunos refugiados, desesperados, intentan cruzar la frontera de manera ‘irregular’. Si la policía húngara de la Unión Europea los ‘caza’, les golpea, devolviéndolos, magullados, heridos y violentados, a Serbia, que los hacina en insufribles campos de concentración.
Foto 16 – Esta última foto del libro fue tomada por Juan Carlos Tomasi en Tawila, Sudán, en 2010. “Todas las mujeres hablaban con ella en voz alta. La llamaban Hajje. Sus oídos no eran los de antaño. No sabía su edad. Tuvo que huir en 2003 y regresó a Tawila, su pueblo, años más tarde. Lucía el porte de una gran dama. Ese día no había comido, ni bebido leche ni té. Estaba sentada, esperando su turno en una clínica móvil de Médicos Sin Fronteras, a las afueras de Tawila. Hablaba pausada, encogida en sus recuerdos, y no dejaba de mirar y sonreír.”