NIGHT MOVES
Año: 2013
Duración: 112 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Kelly Reichardt
Guion: Jonathan Raymond, Kelly Reichardt
Música: Jeff Grace
Fotografía: Christopher Blauvelt
Reparto: Jesse Eisenberg, Dakota Fanning, Peter Sarsgaard, James Legros, Alia Shawkat, Katherine Waterston, Clara Mamet, Nate Mooney, Logan Miller, Matt Malloy, Kai Lennox
A muchos cinéfilos el título La noche se mueve les resultará familiar, pues es un sombrío neo-noir realizado en 1975 por la leyenda del Nuevo Hollywood Arthur Penn, en el que las inseguridades de la era post-Watergate están siempre presentes y envuelven implacablemente al protagonista, encarnado por Gene Hackman, un detective privado irremediablemente sobrecargado de trabajo que ha perdido toda comprensión de lo que ocurre a su alrededor. Emblemática y desgarradora es la impactante imagen final de la película, que muestra un yate a la deriva describiendo círculos sin rumbo, llevando al investigador herido e impotente.
Aparte de la coincidencia en el título, en la película de Kelly Reichardt también aparece un barco que desempeña un papel central, y cuanto más avanza la trama en torno a tres inquebrantables activistas medioambientales, surgen otros paralelismos. Los dos filmes abordan cuestiones sociales candentes, pero nunca se despliegan de forma tópica o moralizante. En ambos casos, una difusa sensación de paranoia se cuela en la historia. Además, tanto Reichardt como Penn encuentran una forma particular de enfrentarse a las reglas de sus respectivos géneros.
Aunque la trama se centra en un atentado terrorista con el que los protagonistas quieren llamar la atención sobre la destrucción de la naturaleza, la puesta en escena y el enfoque narrativo son sobrios y contenidos. Al igual que en sus anteriores trabajos como directora, Reichardt se niega a utilizar medios artificiales para aumentar la tensión de su película. Muestra los preparativos de los decididos luchadores ecologistas con una mirada precisa y paciente. Junto con Dena (Dakota Fanning), de origen acomodado, y el ex marine Harmon (Peter Sarsgaard), el taciturno Josh (Jesse Eisenberg), asqueado por la ignorancia de los que le rodean, planea volar una presa hidroeléctrica. Una empresa que acaba dando un giro imprevisible y terrible que pone en cuestión las intenciones esencialmente buenas de los tres activistas.
Hay muchos presagios de desastre: dificultades para conseguir el fertilizante agrícola necesario para la bomba, desacuerdos ocasionales y la aparición fortuita de personas no implicadas. Una vez que los tres protagonistas comprenden el alcance de su hazaña, surgen repentinamente preguntas candentes que les atormentan: ¿Realmente el fin justifica los medios? ¿Su acción ha sacudido realmente a la sociedad? La directora no se desvía de su enfoque sosegado. Deja de lado cualquier evaluación de los acontecimientos y se concentra por completo en la inseguridad que ahora se apodera de Josh, de forma sigilosa, pero inexorable.
El eco-thriller se va convirtiendo en un psicodrama que hace perceptible el desmoronamiento de la visión del mundo de su protagonista con extraordinaria contención, principalmente a través de miradas preocupadas y pequeños gestos. Mientras que Josh adquiere un claro protagonismo en la segunda mitad de la película, sus coprotagonistas se desvanecen cada vez más en la oscuridad. Ya cerca del abrupto desenlace, los planos finales de este insólito drama de suspense son bastante acertados, desafiando al espectador a reflexionar sin resultar demasiado pretenciosos, algo muy de agradecer en los tiempos que corren.