ESCONTAMINACIÓN DE LOS TERRENOS DE ELNOSA

El ayuntamiento de Pontevedra aprobó la concesión para poder iniciar los trabajos

La junta de gobierno del Concello de Pontevedra celebrada el 26 de octubre, aprobó la concesión de licencia urbanística para la ejecución de las obras de descontaminación del suelo ocupado por las instalaciones de la antigua fábrica de Elnosa. Los trabajos se tienen que iniciar como máximo a los tres meses de la comunicación del permiso, siendo el plazo de ejecución de seis meses. Fuera de este proceso de “descontaminación” queda la presencia de los mismos productos contaminantes, especialmente, el mercurio, en los sedimentos y en la flora y fauna bentónica de la ría de Pontevedra.

Conviene ahora recordar, que el Complejo industrial ENCE-ELNOSA, está situado sobre terrenos parcialmente arrebatados al mar (un antiguo y valiosísimo banco marisquero, hoy recortado y degradado) por la construcción de la autovía actual Pontevedra-Marín, por más que los líquidos y pequeños sólidos contaminantes, producidos en la actividad industrial de ambas fábricas, se vertiesen directamente a la ría a través de los desagües y canalizaciones correspondientes. Durante decenios esos vertidos, al igual que las emisiones a la atmósfera, se realizaron sin control efectivo.

La instalación del complejo en aquél lugar privilegiado fue calificado en su día por numerosas personas, con toda razón, como un desatino monumental. Incluso los defensores de la permanencia en Lourizán de ambas fábricas reconocen que nunca debieron asentarse en la zona, por más que ahora argumenten que el “mal ya está hecho, y que ya no es posible llevar ENCE a otra parte”, por más que ELNOSA si llegó a cerrarse a finales de 2018, tras finalizar la concesión obtenida 50 años atrás, en el verano de 1968.

A finales de 2018 se conocieron los motivos por los que el Estado denegó en ese momento (después de haberlo consentido durante 50 años) la continuidad de ELNOSA, entre ellas, el hecho de estar ocupando ilegalmente unos terrenos que no podría haber usurpado.

La necesaria autorización e inmediata ejecución que ahora se va a emprender para la “descontaminación” de los terrenos de ELNOSA pone de relieve la gravedad del daño causado por la clorera durante esos 50 años, tanto a la ría (sedimentos y columna de agua) como a la flora y fauna marinas (incluidos los mariscos y peces, objeto del consumo humano) y a la población pontevedresa.

Para la fabricación de Cloro (un producto ya altamente peligroso, cuyo almacenamiento en un entorno habitado, como es el caso, estaba ya prohibido por la legislación), ELNOSA usaba un procedimiento industrial que requería el uso, entre otros productos, de importantes cantidades de mercurio. Un metal altamente tóxico y contaminante, de manejo complejo, siempre arriesgado y capaz de bioacumularse en la cadena alimenticia (del sedimento o el agua al plancton, del plancton a los invertebrados y los peces, siguiendo el ritmo de la cadena trófica natural, hasta llegar al ser humano, consumidor de estos productos). Por ejemplo, en un informe de 1992, las concentraciones de mercurio encontradas en varios puntos próximos al Complejo ENCE-ELNOSA superaron en más de 50 veces los niveles encontrados en cualquier otra ría gallega.

Las obras de “descontaminación”, ahora previstas, consisten en excavar el volumen de tierras contaminadas con mercurio para, posteriormente, retirarlas llevarlas a recintos estancos en el mismo lugar, teóricamente a salvo de que se puedan producir filtraciones y fugas de material a la ría.

Con todo, el cierre de Elnosa y el actual plan de “descontaminación” de una parte de los 13.500 m2 que Elnosa ocupó en Lourizán. no garantiza que los terrenos que ocupaba en Lourizán, que son de especial protección al estar en dominio público de Costas, se descontaminen al cien por cien. Y, mucho menos, que se resuelva el problema de la contaminación persistente de los sedimentos y fauna bentónica de la ría de Pontevedra, que ni siquiera se contemplan en el actual procedimiento.

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