PURA MARRULLERÍA DEL SECRETARIADO PERMANENTE
Ante la convocatoria, plenamente estatutaria, de una plenaria extraordinaria del Comité Confederal, efectuada por más de un tercio del propio Comité, el Secretariado Permanente, que debería estar para apoyar y servir a su funcionamiento, se ha descolgado el 24 de octubre pasado con una nueva circular que supera ya todos los límites de marrullería que se le podrían suponer dados los antecedentes.
Comienza la circular mezclando la convocatoria con la celebración de una concentración de apoyo a una trabajadora acosada laboralmente en la CGT, y soltando, como quien no quiere la cosa, la existencia de pleitos judiciales e interposición de demandas de determinados compañeros contra decisiones tomadas por entes de la CGT. Para el SP, esto obedece, simplemente, a “un intento de desestabilización interna donde los conflictos se enlazan cuidadosamente en el calendario, en formato de campaña, y actuando contra estatutos y acuerdos, con el resultado de generar daño a la organización por intereses que no son difíciles de imaginar.” El típico razonamiento paranoide, mezclando todos los problemas de forma que adopten la forma de conspiración de un enemigo poderoso, pero invisible, culpable de todo, sin entrar a razonar la responsabilidad propia en el devenir del conflicto. No es aceptable que se den estos argumentos cuando los que están convocando la plenaria son entes orgánicos, confederaciones territoriales y sectoriales, y no personas particulares. En cuanto a los oscuros motivos “que no son difíciles de imaginar”, necesitarían una explicación y las pruebas correspondientes, dado que a mucha afiliación no nos alcanza la imaginación para tanto.
Sortea el SP una cuestión básica: este lío concreto –y no lo mezclemos con otras cuestiones- nace de la negativa expresa del SP de convocar una Plenaria Extraordinaria promovida por más de un tercio del Comité Confederal, promoción hecha al amparo del artículo 46 de los estatutos de la organización. Esta negativa la justifica convirtiéndose en censor de lo que puede o no debatir el CC y obviando también que el único que podría haber valorado la aplicación del artículo era el propio CC, menospreciado una y otra vez por el SP. La petición se hizo en dos ocasiones y, además, se rechazó incluir en el Orden del Día de una plenaria ordinaria la petición de Galicia de debatir qué opinaba el CC sobre la negativa del SP a convocar. Marrullería por marrullería, las del SP no son moco de pavo. Esperar, en una organización como la CGT, que algunos entes se quedasen parados ante semejante ataque a la esencia orgánica es, por lo menos, desconocimiento, y prepotencia siempre.
Parece ahora que hay otros nuevos motivos para no hacer la convocatoria, a saber: “Una de las personas firmantes presentó la dimisión como Secretario General de su Confederación territorial, por lo que no es ya miembro del Comité Confederal, y otra está con mandato vencido desde hace años, contraviniendo los propios estatutos de su Federación al no realizar nuevos comicios.” Sabe perfectamente el SP que ambos compañeros –también son personas, pero sobre todo son compañeros- están en funciones a la espera de su relevo, como pasa y ha pasado en muchas ocasiones en la organización desde que existe. Por otro lado, este argumento lo podrían haber expuesto hace meses en lugar de rechazar la convocatoria por inmiscuirse en el ámbito de una territorial -peregrino argumento-, y rechazarla por haber sido firmada por personas que no son del SP, y a ver qué pasaba. Lo curioso es que esos compañeros han seguido participando en las plenarias sin problemas y sin que nadie les hubiera preguntado qué hacían ahí.
Argumenta el SP que no “es posible una reunión orgánica sin una de las partes que es la encargada de gestionar y coordinar el trabajo del comité confederal”. Otra vez se erige el SP en sumo interpretador de los estatutos, función que estos adjudican en exclusiva al CC; pero, claro, no le van a preguntar a aquel organismo al que pretenden ningunear. En este caso nuevamente yerra el SP: sí es posible, ya que entonces sería muy fácil boicotear las reuniones del CC; bastaría con que el SP no se presentase y eso sería suficiente para que no se celebrase una Plenaria. Evidentemente, esta está convocada debidamente y será responsabilidad del SP presentarse o no a dicha reunión, pues no hay ninguna disposición estatutaria que indique quién debe o no estar presente de forma obligada, como tampoco se indica cuórum o circunstancia semejante. A una plenaria convocada debidamente, como a todas las reuniones orgánicas –incluidas congresos- asiste quien quiere, mientras que a los ausentes solo les queda el papel de aceptar lo decidido por los que se hubieren reunido. Por eso, lo mejor que puede hacer el SP es asistir y asumir su función en la plenaria.
Continúa el SP diciendo que “La dinámica de las personas que están detrás de esta campaña es buscar la tensión permanente como atajo contra el resultado de un Congreso que no les gustó.” No me voy a extender –ya lo he hecho en otras ocasiones- en el infantil relato de ganadores y perdedores –ahora reconocibles estos últimos bajo la etiqueta “no les gustó”-, pero solo queda recordar que el Congreso lo ganó la CGT, no el actual SP, y que el ocupar los cargos de responsabilidad no les da a estos compañeros patente de corso para hacer y deshacer, para llevar adelante acuerdos rechazados por el Congreso y, ni mucho menos, para destrozar con sus decisiones, la organización.
Mención específica requieren las afirmaciones que se hacen sobre la difusión de los conflictos en las redes sociales. No sabemos exactamente qué tiene que ver esto con la convocatoria de una plenaria extraordinaria, como no sea la necesidad de embarullar y arrojar basura sobre los convocantes a falta de argumentos de peso. Curiosamente, se hace referencia a una resolución del CC, el mismo órgano al que se le mantiene alejado del debate orgánico de aquellas cuestiones que, a saber por qué, no le gustan al SP.
También es sorprendente la mención que se hace de un compañero concreto, con sus iniciales y apellidos -no se apellida precisamente García- por una cuestión que no tiene tampoco nada que ver con la convocatoria. El compañero mencionado no convoca la plenaria y solo la ambición de embarrar la cuestión explica esta alusión. También es de destacar que los datos del compañero son los únicos que aparecen en el documento, escrito en el que, como es nefasta costumbre últimamente, no aparece ningún compañero -ni persona- firmándolo.
En definitiva, discrepo de la opinión -solo es opinión a pesar de que el SP intente hacerla pasar por acuerdos- de que no procede la realización de la plenaria convocada y que podría haberse resuelto hace meses con haberlo debatido en el CC. Al contrario, es importantísima su celebración por el bien de la organización, para recuperar la actividad normal del CC y de la vida orgánica y para colocar al SP en su sitio, realizando las funciones que le corresponden.
Una última mención a una frase que incluye la circular y que no tiene desperdicio: “…están yendo contra la CGT y la voluntad de sus afiliadas y afiliados.” Es evidente que utilizar los estatutos legítimamente no es ir contra la CGT -que ellos tienen la pretensión de personificar- sino todo lo contrario. Y, por supuesto, la convocatoria está realizada por entes confederales y respetando las decisiones de su afiliación. No podemos decir lo mismo de las opiniones y decisiones del SP, algunas de ellas contrarias a lo acordado en el último Congreso. Y esto sí que es terrible.