VI Época - 29

ORGANIZACIONES SINDICALES DE TODO EL MUNDO EXIGEN EL FIN DE LA OCUPACIÓN MILITAR MARROQUÍ DEL SÁHARA OCCIDENTAL

Nuestro sindicato, SUTSO de Pontevedra-CGT, ratificó en el mes de noviembre pasado, su solidaridad con la legítima reivindicación del pueblo saharaui en defensa de su tierra e independencia.

Una lucha traicionada por España, quien figura ante la legalidad internacional como la potencia colonial encargada de llevar a cabo la descolonización del territorio, otrora calificado como provincia española. Sin rubor alguno, ni vergüenza, ni respeto a todo un pueblo víctima de una invasión cruel y expulsado de su tierras hacia el desierto, los sucesivos gobiernos españoles, de 1975 a la actualidad, vienen amparando ese permanente “crimen contra la humanidad”, sin que los ‘cambios’ políticos (último gobierno de la dictadura franquista y posteriores gobiernos constituyentes y democráticos de la UCD, PSOE, Partido Popular y, ahora de coalición PSOE – Unidas Podemos) hayan afectado o modificado en lo más mínimo a esa postura criminal.

En base a sus acuerdos, CGT de Pontevedra debe incorporarse, como uno más, al manifiesto suscrito por decenas de organizaciones sindicales de todo el mundo, exigiendo justicia y la celebración del referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui, así como celebrar en cuanto se pueda actos, concentraciones, puntos-informativos, etc, que difundan y amplíen en Pontevedra nuestra solidaridad con los saharauis.

En el número Extraordinario de La Campana (VI Época) 21 del 24.11.2020, expresábamos el inequívoco apoyo de nuestro sindicato a la lucha del pueblo saharaui, cuando las circunstancias le obligaban a considerar rota por Marruecos la tregua acordada en 1991 y, en consecuencia, retornar al estado de insurgencia y guerra que había asolado el Sáhara Occidental durante quince años (1976 – 1991).

Escribíamos hace cuatro meses: “Por más que la causa real de esta reacción saharaui haya tenido su fundamento en la imposibilidad manifiesta en los últimos 30 años para celebrar en el Sáhara Occidental (antigua colonia española en África, que comprendía las regiones de Rio de Oro y Saguía el Hamra, invadida y apropiada militarmente por Marruecos en 1975), el referéndum de autodeterminación anunciado en el Acuerdo de 1991, firmado bajo los auspicios de la ONU entre Marruecos y la Republica Árabe Saharaui (RASD), la razón próxima del drama que se avecina fue la penetración a finales del mes pasado del ejército marroquí́ en la zona desmilitarizada del extremo sur del Sáhara Occidental.”

Desde aquella fecha hasta hoy, nada cambió sino para peor para las esperanzas del pueblo saharaui. Como señala el manifiesto internacional de las organizaciones sindicales citado: “Los últimos acontecimientos incrementan nuestra preocupación. La ruptura del acuerdo de paz entre las dos partes, por la incursión de tropas marroquíes en territorio saharaui para reprimir a su población, el reconocimiento de la Administración Trump del territorio bajo la soberanía de Marruecos, saltándose la legalidad internacional, las declaraciones de representantes diplomáticos de Marruecos reclamando la soberanía sobre el Sáhara, los intereses estratégicos y económicos de algunos estados, como Francia, las Monarquías árabes, los EE.UU. o el propio Israel, y el silencio y pasividad de un actor fundamental como es el Estado Español, potencia administradora, luego de la descolonización, cuyos sucesivos gobiernos (también el actual) se vienen desentendiendo de su antigua colonia y su pueblo, plegados a otro tipo de intereses económicos y estratégicos -relacionados con los flujos migratorios con los que Marruecos “compra” su complicidad-, no parecen augurar una justa solución a este conflicto.”

A lo que hay que añadir que, desde el mes de noviembre, una vez que la insurgencia saharaui hubiese logrado frenar, siquiera fuese parcialmente, el último asalto marroquí al territorio saharaui fronterizo con Mauritania, aumentaron las detenciones, las palizas y los secuestros policiales y se agravó la situación de los presos saharauis en las cárceles marroquíes. Decenas de presos políticos saharauis sobreviven ahora mismo en condiciones infrahumanas en cárceles marroquíes

Por tercera vez en 2021, todos los presos del Grupo de Gdeim Izik, que se encuentran en las cárceles marroquíes de Tiflit, Kenitra, Ait Meloul y Bouzakarn, entraron el pasado día 3 de febrero en una huelga de hambre de advertencia de 48 horas, en solidaridad con el comopañero encarcelado Mohamed Lamin Haddi (condenado a 25 años), quien había comenzado el 13 de enero una huelga de hambre por los continuos malos tratos que recibe, mal alimentado y sin atención médica, frecuentemente vejado y golpeado por sus guardianes y por el aislamiento al que es sometido desde hace más de 3 años.

En este sentido, el manifiesto sindical recoge: “Las organizaciones sindicales que suscribimos este escrito, exigimos el cese inmediato de todas las violaciones que se están llevando a cabo contra los derechos del pueblo saharaui por parte del Reino de Marruecos, con la complicidad de algunos estados con intereses en el conflicto y la pasividad de los organismos internacionales, que no ponen los medios para dar cumplimiento a sus propias resoluciones … Como representantes de la clase trabajadora y, en consecuencia, de las clases populares, exigimos el cese de las constantes violaciones de los derechos humanos fundamentales, y los derechos colectivos de este pueblo.” Siguen decenas de firmas de organizaciones sindicales de los cinco continentes.

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