LEY DE LAS GUERRAS ACTUALES
Mentira, primero, Silencio, después y, ahora, Ruido y más ruido …
Los pasados días 29 y 30 de agosto, bajo la Presidencia española, se celebró en Toledo la Cumbre de Ministerios de Defensa de la Unión Europea, en paralelo al Foro sobre Industria de Defensa.
Un abrumador silencio por parte de los Medios Audiovisuales y la cohorte periodística a su sueldo, no informó ni aportó al debate social y político necesarios o hizo comentario alguno sobre lo sucedido en el Cónclave belicista.
Baste señalar que acordaron incrementar el apoyo económico y la dotación de municiones y artilugios mortíferos al gobierno ucraniano hasta 20.000 millones en armas, que saldrán de los presupuestos nacionales, sea como sea. Claro está que estos pertrechos bélicos, a cada cual más caro (aviones caza, tanques, drones …) serán adquiridos a las propias empresas armamentísticas norteamericanas y europeas, que son las más entusiastas partidarias de continuar la guerra, a la espera de ser sustituidas por las empresas de ‘reconstrucción’ que como buitres aguardan su hora.
El actual gobierno español, eufórico en su sicaria función de aliado estimado de la OTAN y los intereses del capitalismo más destructor e inhumano, ya no oculta su trágica decisión de apoyar el esfuerzo criminal contra los pueblos e incrementar las matanzas, tanto en Ucrania como, en lo inmediato, en la región del Sahel.
Hace pocas semanas, el gobierno español autorizó por la vía del silencio cómplice -sin ni siquiera registrarlo en documento alguno, ni siquiera en el registro mercantil- que la empresa G.O.A. Tactictal (disfrazada de “asociación” de instructores militares), alojada en el municipio de Alpicat (Lleida) sirva de centro de reclutamiento de mercenarios con destino a la Legión Internacional, organizada por el gobierno ucraniano y financiada por EE UU y la Unión Europea.
ESTA ES LA LEY DE LA GUERRA Y SU INEVITABLE MENTIRA
Primera Ley de las guerras, actuales:
El gobierno del buen príncipe (por ejemplo, el gobierno español, cualquier gobierno en trance militarista) ha de mentir siempre: mentir al adversario, tratando de engañarle y emboscarle; mentir al soldado para animarle a matar y morir en interés ajeno, pagándole la soldada, pues a algunos con esto les basta; mentir al pueblo para que acate la orden homicida, consienta la matanza y financie su propio sacrificio.
Segunda Ley de las guerras, actuales:
Cuando la mentira está en trance o amenaza ser descubierta, el gobierno del buen príncipe ha de utilizar la ley del silencio; silencio al adversario, por si su mentira fuese más eficaz que la propia; silencio al soldado para que nadie escuche su testimonio del horror, el crimen y la catástrofe del sacrificio habidos en los campos de batalla, incendio y bombardeo; silencio al pueblo, para que no llegue su grito al soldado ¡Deserción! ¡En nuestro nombre, no! ¡que descarrile el tren de los pertrechos y municiones, que cante su dolor el tren de los heridos!
Tercera Ley de las guerras, actuales:
Cuando la mentira ya no cumpla y el silencio amenace ser desobedecido, el gobierno del buen príncipe ha de recurrir a la ley del ruido y la trivialidad atronadores; Ruido, que confunda al adversario, en previsión de si la mentira y el silencio impuesto a los suyos resultase más eficaz que el propio; ruido alienante sobre el soldado; ruido atronador sobre el pueblo, hasta que la necedad y el individualismo festivo y trivial impere. Baste que las corporaciones propietarias de la Industria de la Comunicación-Medios Audiovisuales, aliadas con el buen príncipe, pongan el foco en sucesos de por si irrelevantes, pero magnificados, y entierren bajo toneladas de estupidez, los hechos que sí son importantes e ilustran la verdadera naturaleza del mecanismo creador de la Necedad nacional.
Cuarta Ley de las guerras, que muy pronto ha de venir
Cuando ni la mentira, ni el silencio, ni el ruido basten para sostener el tinglado militarista e imperial, siempre le quedará al gobierno del buen príncipe, el recurso a la represión, el acallamiento por la fuerza y la mordaza … pero de esto hablaremos cuando la Necedad universal y local reinantes se disuelvan en la verdad.