VII Época - 5

2023 – INFORME DE LA ONU SOBRE EL HAMBRE Y LA POBREZA

De los de 1.600 millones de personas, el 20% de la población mundial, que han sido confinadas en las selectas áreas de la miseria planetaria, el Régimen político-económico hegemónico mundialmente (capitalista en lo económico, democrático-representativo en lo político y autoritario-estatal en lo organizativo), exige y provoca que cada día mueran de hambre y desnutrición severa centenares de miles.

Así lo describe la última edición del Informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’, publicado el 12 de julio de 2023 por cinco organismos especializados de la ONU: la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Según este Informe, un total de 735 millones de personas padecen hambre en el mundo este 2023, un dato que supone 122 millones más de personas que en 2019. De ellos, 75 millones se encuentran en extrema pobreza, con amenaza de muerte inminente o, de sobrevivir, con gravísimas secuelas que acortarán su vida de modo drástico.

La “nueva normalidad”

Ante estas cifras, la ONU afirma que si las tendencias continúan como están -y nada indica que vayan a cambiar, pues ni el capitalismo ni la codicia colonial renunciarán motu propio a saquear el planeta y a sus habitantes- el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) fijado en 2015 de poner fin al hambre para 2030 “no se podrá alcanzar”. De hecho, ahora corrigen aquél objetivo de hace ocho años, previendo que casi 600 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030.

El Informe también destaca que los principales factores de inseguridad alimentaria y malnutrición son la “nueva normalidad”, que seguirá sufriendo al menos una de cada cinco personas en el mundo, dependiendo de donde le toque nacer o de las posibilidades que se le ofrezcan de escapar (por ejemplo: emigrando; por ejemplo: medrando a costa de lo que sea y repetir la crueldad del amo), sin perecer en el intento o en el destino.

Cada año la misma promesa, Cada año la misma engañifa, Pues no puede el lobo dejar de matar a la oveja, sin él perder la vida.

Si bien la dramática estadística contenida en el Informe de la ONU es, a no dudar, verdadera, sin embargo, todas las páginas en las que apunta a una solución posible son papel vacío y falso, pues no pueden reconocer a los responsables de esta situación ni las causas que la generan, sin mirarse en el espejo a sí mismos y al régimen económico-político que sostienen.

Pues en esto ya no hay engaño posible. En este siglo ni faltan alimentos ni se ignoran las técnicas y procedimientos para producirlos y distribuirlos eficazmente hasta el último rincón del globo. Lo que realmente provoca 735 millones de hambrientos y 1700 millones de personas malviviendo en la miseria y pobreza extrema, no es otra cosa que el régimen del dinero privado y su desgraciado imperio, pues apenas queda nada en pie, que el capitalismo no haya convertido en mercancía.

Es el capitalismo -hermano inseparable de los ministerios de finanzas de los estados-, la institución que no puede consentir (a riesgo de perder su poder y él mismo dejar de existir) que pare la máquina de la explotación humana y el saqueo de los recursos planetarios. Baste como botón de muestra de este delirio, que en la reciente reunión de los ministros de Economía del G20 en India, también ‘abordaron’ la lucha contra la pobreza en el mundo y …. algo debieron decidir para que la miseria global continúe, eso seguro.

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