VICTOR SARIEGO (Pontevedra)
PUTERO
– Me la suda: aquí hay bula papal.
Putero, mutan, por fin, los tiempos.
– ¡Bua!… yo me quedo donde estoy…
Putero, hijo de putero, orgulloso y reincidente.
Estatus, jerarquía y permisividad.
El patriarcado actúa, el silencio otorga.
El permiso, tácito.
La moral, perversa, retorcida, impuesta. A la carta.
Tradición, cultura, herencia.
Putero, “hombre como Dios manda”, de mano más que ligera, boca rápida, hazaña viral.
Baluarte de título arrancado a pulso al sufrimiento, al desconsuelo, la esclavitud.
Abanderado de la visión mundana del discurso de lo “natural” e “incuestionable” del “impulso viril”. “Para algo lo puso Dios en la tierra”.
“Caballero de capa sin culpa”, concesión ilimitada. Amén.
Putero: donde “sobran cojones”, faltan corazones.
Putero que exonera toda culpa por forjar el destierro de las vidas sin alma, de las entrañas corrompidas, destrozadas a golpe de dinero, extorsión y poder. Destruidas con saña en nombre del “vilipendiado” libre albedrío.
Putero: diez, nueve, ocho, siete, seis…
– Conduzco el volquete de putas.
Me río en tu cara.
Escupo en la suya.
Me corro en la de la quien me da la gana. Lo gano, lo disfruto, lo celebro, lo inculco, lo transmito, lo heredo, lo regalo…
Mano a mano con el juez.
Que me libro, que pago con tarjeta black…
©Víctor Sariego