MAHMOUD DARWIX
(n. 1941, en una aldea palestina arrasada seis años más tarde por el ejército israelí y que hoy no figura en ningún mapa m. 2008, Ramallah, Palestina)
El gran poeta palestino, Mahmoud Darwix, quiso ser ante todo, un poeta, una voz libre e insumisa, una mirada abierta a la humanidad del otro, también del judío, por más que éste la negase una y otra vez, afirmándose en la brutal inhumanidad del ocupante, como ladrón de vidas, tierras y bienes palestinas.
Nació en una aldea de Galilea-Palestina. Cuando tenía 6 años, su aldea natal fue borrada del mapa en 1948 por el ejército israelí y expulsados sus habitantes. 60 años más tarde, las autoridades judías le negaron también el derecho a ser enterrado en aquel lugar. Los familiares y amigos de Darwix no tuvieron otra opción que depositar su cadáver en la falda de una pequeña colina de las afueras de Ramallah, en la Cisjordania ocupada. Decenas de miles de personas, asistentes al entierro prohibido cantaron su poema “Muerte, te he vencido”. La madre de Darwix dijo a todos los presentes: “Él es hijo de todos ustedes”.
LA VÍCTIMA Nº 18
El olivar era en otro tiempo verde
y el cielo
un bosque azul, amor mío,
¿quién lo ha cambiado esta noche?
Han detenido el camión de los obreros en la revuelta de la carretera.
Estaban impertérritos,
nos han encaminado hacia el Este
y estaban impertérritos.
Mi corazón era en otro tiempo un pajarico azul
en el nido de mi amor
y tus pañuelos eran, en mi mano, amor, todos blancos,
¿Quién los ha manchado esta noche?
No entiendo nada, amor mío.
Han detenido el camión de los obreros en medio de la carretera.
Estaban impertérritos,
nos han encaminado hacia el Este
y estaban impertérritos.
Te doy todo,
seré para ti sombra y luz,
te daré el anillo de boda y lo que quieras,
un pequeño vergel de olivos e higueras,
y me encaminaré hacia ti como todas las noches,
entraré por la ventana, en sueños, y te lanzaré un jazmín.
No me riñas, tardaré poco, porque estoy detenido.
El olivar estaba siempre verde, amor mío.
Cincuenta víctimas, al caer el sol,
lo han convertido en un pantano rojo.
Cincuenta víctimas, amor mío, no me riñas.
Me mataron,
me mataron,
me mataron.
Hemos recogido este poema en el libro de Mahmoud Darwix “Los pájaros mueren en Galilea” (1969)