Editorial
La CGT irrumpe con fuerza en las elecciones sindicales de los centros sanitarios de IDCQ Hospitales y Sanidad de Pontevedra, popular y comercialmente conocido su establecimiento principal como Hospital QuirónSalud – Miguel Domínguez, tras lograr este mismo lunes su candidatura el 40% de los votos totales de la plantilla y conseguir cinco representantes en el Comité de Empresa, de un total de 13.
Este logro de una Sección sindical que se presentaba por primera vez las elecciones en la empresa, culmina en realidad todo un proceso de actividad y consolidación iniciado el 28 de mayo de 2019, cuando se reunieron en asamblea los afiliados al Sindicato Único de Trabajadores “Solidaridad Obrera” (SUTSO) de Pontevedra de la CGT en los centros de trabajo ”Hospital Quirónsalud – Miguel Domínguez”, “Instituto de Neurorehabilitación Quirónsalud Pontevedra”, “Centro médico Quirónsalud Pontevedra” y “Centro de rehabilitación Quirónsalud Pontevedra”, correspondientes a la empresa IDCQ, Hospitales y Sanidad, SLU, para constituir la Sección sindical de la CGT, designar ante la empresa como delegada a la compañera Teresa y como vocales a las compañeras Isabel e Iria.
Todo comenzó en el otoño de 2015. En octubre de ese año, el Grupo Hospitales Miguel Domínguez de Pontevedra fue adquirido por el Grupo Hospitalario Quirón-IDC (Quirónsalud), con la promesa de subrogación de toda la plantilla en las mismas condiciones económicas y laborales que venían disfrutando, lo que hizo efectivo con fecha del 1 de enero 2018.
Sin embargo, el 4 de junio de ese mismo año, se firmó entre la empresa (ahora ya Quirónsalud) y el Comité, liderado por CC OO con mayoría absoluta, un nuevo Convenio para el periodo 2017-2020, que puso al alcance de la empresa vulnerar las condiciones económicas de la subrogación. Lo que efectivamente procurará llevar a cabo de inmediato, con la complicidad, inicialmente silente, del Comité de empresa.
La firma de este nuevo Convenio representó un gravísimo daño a los derechos e intereses de decenas de trabajadoras y trabajadores, cuyos salarios se vieron desde ese momento congelados. Por decisión de la empresa -una vez obtenida la complicidad necesaria del Comité- las subidas que pudieran corresponderles en los años sucesivos sobre el salario base, les irían siendo restadas de un Complemento de nueva creación (compensable y absorbible) que recogería la diferencia resultante entre lo que efectivamente venían cobrando (como garantía de las condiciones de subrogación de la plantilla del Miguel Domínguez al Quirón) y lo establecido en la Tabla Salarial del Convenio. Resultado: Congelación salarial efectiva. Y, con todo, lo peor fue que eso se hiciese sin ofrecer información veraz, entre engaños y ocultamientos, a la plantilla afectada.
En respuesta a este conflicto, a petición de un grupo de trabajadoras, se hizo presente la CGT de Pontevedra en una asamblea, interviniendo en el debate para animar a la plantilla a organizarse, defenderse en el plano jurídico, iniciar reclamaciones ante los juzgados de lo social contra modificación substancial de las condiciones de trabajo y, sobre todo, a ser conscientes de que independientemente de lo que finalmente dicten los juzgados y sea cual sea el sentido de las sentencias, lo que en verdad logrará la recuperación de los derechos económicos perdidos por los trabajadores, será su presencia, activa y transparente, al margen de burocracias, en la negociación del próximo Convenio (el actual finaliza el 31 de diciembre de 2020), disponiéndose a revisar los artículos que les habían puesto a los pies de una empresa bien conocida por su actividad agresiva frente a los derechos e interés de sus trabajadores.
En ese mismo ultrajante Convenio colectivo se aceptaron cláusulas que es necesario revisar y anuncian el Anteproyecto de nuevo convenio que la Sección sindical de la CGT está ya elaborando, bajo los principios de “claridad, solidaridad, rigor y transparencia absoluta” ante la plantilla y de “voluntad reivindicativa” frente a la empresa.