VII Época - 3

EDITORIAL

Te han sitiado corazón
y esperan tu renuncia.
Los únicos vencidos, corazón,
son los que no luchan.
No te entregues, corazón libre.
No te entregues.

Rafael Amor

Una vez más, ha de salir un editorial de La Campana en defensa del federalismo libertario y anarcosindicalista, que nos define y sostiene en CGT.

En el editorial del nº 1 de esta VII Época de La Campana (21.08.2023) decíamos “hay comportamientos y decisiones que la CGT nunca podrá admitir en su seno, sin pervertir su destino histórico y razón de ser”. Durante la semana pasada, La Campana, portavoz de la CGT de Pontevedra, ha sido objeto de uno de esos comportamientos inaceptables en CGT, al que debemos dar contundente respuesta.

Los hechos: Desde el inicio de esta VII Época de La Campana, la CGT de Pontevedra envía a toda la organización, vía correo electrónico, su revista semanal. Alguien, en nombre del Secretariado Permanente del Sindicato de Administración Pública de Barcelona, respondió́ al envío del nº 1 con la frase: “No queremos SPAM” y al envío del nº 2: “No queremos recibir más números de este panfleto”.

Aunque, con absoluta seguridad, el compañero/a utilizó los términos ‘spam’ y ‘panfleto’ con el ánimo de manifestar su personal desprecio a nuestra publicación (y a la CGT de Pontevedra), queremos señalarle, que no nos sentimos ofendidos por el hecho de que algún lector llegue a considerar nuestros editoriales como “panfletos”, pues no dejan de ser escritos breves, dirigidos a manifestar la posición propia de CGT Pontevedra -con la gravedad y dureza que exija el asunto a tratar- en las polémicas ideológicas que avivan nuestra organización, sean sobre estructura y funcionamiento orgánico o sobre la mejor y más fructífera acción sindical y social que debamos emprender. Por supuesto, aceptamos de buen grado que un compañero de CGT no quiera recibir La Campana en su correo personal, sea porque discrepe de su contenido o de su posición sobre tal o cual asunto. En este caso, nuestra respuesta, respetando siempre la decisión del compañero, no sería otra que la expuesta en el último editorial: poner a su disposición las páginas de La Campana “animándole a expresar su particular visión y enfoque respecto de todo lo que está pasando en CGT”.

Sin embargo, NO debemos, NO queremos y NO podemos aceptar que en CGT se practique la censura e imponga mordaza alguna a un sindicato y, mucho menos todavía, el intento -ya anunciamos desde ahora que fallido- de levantar un intolerable muro entre dos sindicatos de la CGT. Todo ello, por la decisión privada de una persona con cargo orgánico, que no tiene en CGT legitimidad estatutaria para hacerlo, ni poder fáctico para imponer la ruptura del pacto federal entre dos sindicatos de la CGT.

Tal como reza el art. 1 de los Estatutos, la CGT se define anarcosindicalista, y por tanto, federalista, además de autónoma, de clase, autogestionaria, internacionalista y libertaria.

Federalista en su estructura, por cuanto la CGT es una federación de sindicatos, vinculados entre si por el pacto federal suscrito entre ellos, libre y autónomamente, en cada Congreso.

Federalista en su funcionamiento orgánico, por cuanto en CGT todas las decisiones son de abajo arriba, sin cargos ni Comités decisorios que suplanten la voluntad asamblearia de los sindicatos locales.

Federalista en su finalismo militante en pro de su ideal social, por cuanto la CGT lucha por una sociedad libre, sin explotación ni opresión de nadie por nadie que, entre otras condiciones, será federalista o no será nunca verdadera.

El pacto federal que vincula al SAP de Barcelona-CGT con el SUTSO de Pontevedra-CGT, no puede ser amordazado, vetado, impedido o vulnerado por un cargo de ninguna de las partes, sin que ello suponga, en interés de las partes, su inmediata repulsa.

Tanto el SAP de Barcelona-CGT como el SUTSO de Pontevedra -sus asambleas y afiliación respectivas- tienen el absoluto derecho y, si fuese el caso, el deber de conocer los planteamientos mutuos en todos aquellos asuntos confederales que a ambos conciernen y afectan; al igual que disponen de la autonomía necesaria para discrepar, disentir y buscar acuerdos entre ellos, que resuelvan las diferencias lo más armoniosamente posible. Ninguna duda cabe, que, ahora mismo, son asuntos que conciernen gravemente a ambos sindicatos y demás entes de la organización, la negativa del Secretario general de la CGT a convocar la Plenaria Extraordinaria solicitada por un tercio del Comité confederal, no convocar desde hace meses Plenarias ordinarias del Comité confederal o intervenir como parte en favor de actos orgánicamente reprobables de un SP de una Confederación Territorial … y, así, un largo etc que alimenta, cada día más nítidamente, una organización opuesta a la que deseamos.

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