VII Época - 6

Editorial

Te han sitiado corazón
y esperan tu renuncia.
Los únicos vencidos, corazón,
son los que no luchan.
No te entregues, corazón libre.
No te entregues.

Rafael Amor

A medida que se acerca la fecha de la Plenaria del Comité Confederal de la CGT (29 septiembre, Granada), el Secretario general, Miguel Fadrique, valiéndose del cargo que le ha sido confiado, da nuevos pasos en su pretensión de intentar transformar la CGT -asamblearia, bajo el régimen de democracia directa en su toma de decisiones, federal en su estructura y funcionamiento, con base en los Sindicatos locales- en una organización sindical radicalmente distinta: autoritaria, centralista, regida por una ejecutiva burocrática e inevitablemente reaccionaria.

El penúltimo episodio de esta deriva totalitaria -pues en eso resulta siempre toda estructura política jerarquizada y autoritaria- está teniendo lugar en esta segunda quincena de septiembre, por decisión espuria del Secretario de Administración y Finanzas de la CGT.

La Plenaria del día 29 representará un momento decisivo, en la lucha de la afiliación por abortar tan siniestra operación.

El Secretario de Administración y Finanzas de la CGT, Simón Souto, ha promovido en la segunda quincena de septiembre dos reuniones por videoconferencia, convocando por separado, por un lado, a los Secretarios de finanzas de las Confederaciones territoriales y Federaciones sectoriales (20 de septiembre) y, por otro, a los Secretarios de finanzas de los Sindicatos (21 septiembre). Ignoramos el número, cualidad e identidad de los asistentes, por más que a la primera de ellas parece que asistieron 3 compañeros (de los 23 convocados), además de dos miembros contratados del gabinete de Finanzas y el propio Secretario convocante. Así pues, ambos encuentros, en principio, habrían de considerarse como reuniones normales de contacto, trabajo y coordinación entre secretarios, que no tienen otra competencia -ni representativa ni decisoria- que la ejecución en su ámbito de aquellas tareas que le encomiendan sus respectivos Comités (confederal, territoriales o locales).

Sin embargo, en este caso, han estallado todas las alarmas, nada más conocerse la inclusión en el orden del día del punto “Presentación de los programas de gestión de cotizaciones y gestión de los sindicatos” y, sobre todo, al difundirse internamente las declaraciones del propio Secretario, Simón Souto, en la primera de las reuniones, aunque ligeramente matizadas en la segunda.

En primer lugar, ¿cómo es posible que un Secretario, miembro del SP confederal, ponga en valor, financie con fondos de la CGT y ponga a discusión en un reunión de secretarios de su ámbito específico, un documento similar en lo esencial a una ponencia ampliamente RECHAZADA en el último Congreso de la CGT, Zaragoza 2022?  Dicha ponencia (nº 9 del dictamen de la Comisión de Ponencias nº 5) fue rechazada al obtener 538 votos en contra frente a 167 a favor, tras considerar los sindicatos muy mayoritariamente su carácter centralista (ajeno a la estructura federal y de toma de decisiones en régimen insustituible de democracia directa) y por vulnerar de hecho y gravemente la autonomía de los sindicatos, nada menos que en el control y conocimiento de su propia afiliación, que, según la ponencia, pasaría a manos de la burocracia sindical central que manejará el programa.

Hay que añadir lo dicho por el propio Secretario de Administración y Finanzas de la CGT, según el cual el programa de “afiliación” sería ‘momentáneamente voluntario’ mientras que el de “cotizaciones” sería “obligatorio”, por más que ambos terminarían por unirse en un único documento que, una vez formalizado por un acuerdo de Plenaria del Comité Confederal, el Sindicato o entidad de la CGT que no consintiese renunciar a su autonomía en este asunto tendría que recurrir a ‘protestar’ por ‘cauces orgánicos’, pero sin dejar de someterse. Sin embargo, aprobar algo que afecta de forma tan grave a la actividad interna de los sindicatos no es competencia de ningún Comité, sino que solo puede hacerse a través de un Congreso Confederal y que, además, debe ser totalmente voluntario y reversible, ya que afecta a la autonomía sindical.

Estas palabras son inaceptables, por impropias de un compañero de la CGT. En primer lugar, porque no se trata de programas de gestión que se limiten a ayudar a los sindicatos a mejorar su funcionamiento en estos aspectos (control de las cotizaciones y la afiliación), sino de programas que con esa excusa centralizan y ponen en manos ajenas a los Sindicatos, la información y la gestión de su propia actividad.

Lo que, al parecer, ya sucede en la Confederación territorial de Cataluña, según alertan muchas compañeras y compañeros y se puso de manifiesto en el propio Congreso de Zaragoza, lo que representa un auténtico e ilustrador precedente de lo que se nos viene encima, iniciándose con los mismos modos y promesas de ‘voluntariedad’ inicial.

A lo que hay que añadir, que en los programas anunciados, la información y gestión de cotizaciones y adscripción sindical se estructurará en una web en la “nube”, que ni siquiera el administrador y encargados de la red -contratados y/o militantes voluntarios- llegarán a controlar absolutamente.

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