EL CAMINO DE PASIÓN DE ZENSL MÜHSAM
Perseguida por los nazis, trece años prisionera de Stalin / y 2
Decíamos en la anterior entrega, que la anarquista alemana, Kreszentia Elfinger, “Zensl” conoció en Munich a Erich Mühsam, una de las figuras más destacadas del movimiento libertario alemán, con quien se casó en 1915, adoptando el apellido de su compañero. Recordábamos también, como en 1933, tras el vertiginoso ascenso al poder de los nazis en Alemania, Erich Mühsam fue detenido, internado en un campo de concentración y torturado de modo sistemático hasta el día de su asesinato por las SS en 1934.
El golpe fue brutal para compañera. Advertida de su inminente detención por los asesinos de su marido, Zensl Mühsam cruzó la frontera hacia Checoslovaquia para acabar aceptando una invitación de las autoridades soviéticas para alojarse en Rusia.
Sin embargo, pocos meses después, en abril de 1936, Zensl Mühsam, que siempre había militado en el movimiento anarquista, fue detenida e internada en la cárcel de Moscú, bajo la acusación falsa de ser partidaria de Trotsky. Su sobrino también fue detenido y no se supo nada más de él. Con absoluta seguridad, fue asesinado por la temible policía stalinista.
A partir de esta detención, durante meses nada supieron sus amigos de dónde estaba ni a qué condiciones estaba siendo sometida. Conociendo el trato que los anarquistas estaban recibiendo por aquél tiempo a manos de los estalinistas -cientos de ellos asesinados, otros muchos desaparecidos, torturados y arrojados a campos de trabajo en temibles condiciones-, los compañeros se temían lo peor. Estos hechos motivaron que en Europa y entre los exiliados alemanes en EE UU, se realizase una intensa campaña de denuncia de carácter internacional que logró conocer su paradero y liberarla del presidio. Sin embargo, ese primer éxito se vio muy pronto empañado por la actitud de los comisarios políticos que ordenaron de nuevo su detención y, tras una farsa de juicio, en 1939, confinarla en distintos campos de concentración y de trabajo forzado.
Nuevas noticias agravaron la preocupación de los anarquistas por la suerte de la compañera. En agosto de 1939, nueve días antes de comenzar la II Guerra Mundial, se había firmado en Moscú el Tratado de No Agresión entre la Alemania nazi y la URRS. En el marco de ese Pacto, los comunistas rusos seleccionaron un contingente de exiliados alemanes residentes en la URSS para ser entregados a la Gestapo. Entre los seleccionados estaba Zensl Musham, pero afortunadamente, en el último momento, la entrega del contingente se paralizó por las dificultades surgidas entre los propios firmantes del Pacto. Gracias a esta circunstancia, Zensl Musham nunca llegó a cruzar la frontera, salvando la vida.
En 1940 fue internada en el Campo de Trabajo III de Yavas, en Mordovia, donde permaneció hasta 1946. En noviembre de ese año fue deportada a una localidad cercana a Novosibirsk, pero en 1947, ya finalizada la Segunda Guerra Mundial, logró huir y regresar de manera clandestina a Moscú, donde, tras ser reconocida y denunciada a las autoridades, solicitó el regreso a la Alemania del Este. Sin embargo, su solicitud fue denegada por las autoridades del Partido Socialista Unificado de la República Democrática de Alemania, y se vio obligada a salir de Moscú, trasladándose a Ivánovo, donde pudo trabajar en un orfanato.
Su suerte cambiaría de nuevo en 1949, cuando sería detenida y deportada a la región de Omsk. Sería precisamente en estos meses cuando Rudolf Rocker, que siempre había hecho lo posible por ayudar a Zensl, emprendió desde los EE UU una campaña de denuncia de la situación de la viuda de Erich Mühsam. Pese al esfuerzo desplegado, la situación de Zensl no pudo cambiar sino a la muerte de Stalin, en 1953, cuando se le permitió su reincorporación al orfanato de Ivánovo y pudo tramitar su petición de regreso a Alemania sin impedimentos. Solo sería a mediados de 1955 cuando Zensl se trasladó a Berlín Oriental, donde las autoridades le concedieron una pensión honorífica y se inició un periodo de recuperación y puesta en valor de la obra de su esposo asesinado Erich Mühsam.
De forma paralela, Zensl Mühsam fue rehabilitada en la Unión Soviética a través de la sucesiva revisión de sus condenas; un proceso que no pudo ver culminado del todo ya que Zensl moriría en 1962 de un cáncer de pulmón. Sus cenizas fueron depositadas en una tumba de la zona dedicada a los héroes socialistas del Cementerio Principal de Friedrichsfelde. Tras la caída del muro de Berlín, justo treinta años después, en 1992, las cenizas de Zensl fueron depositadas en la tumba de su compañero, Erich Mühsam, ubicada en un cementerio de la parte occidental de la ciudad.