¡NI ALTAR NI JUZGADOS!
Abolición de los registros matrimoniales La gran mayoría de los anarquistas, defensores todos ellos del amor libre, no solían casarse, ni formalizar en documento alguno la decisión de una pareja de vivir en común. Tanto ellas como ellos despreciaban por humillantes las cadenas matrimoniales exigidas por la administración estatal (casamiento civil) o la religiosa dominante.