VI Época - 54

HA FALLECIDO MARTÍN ARNAL MUR

Una vida de lucha contra el fascismo y por el ideal anarquista

En el verano de 2020 se estrenó el film ‘En la misma tierra’ que narra la vida y obra de Martín Arnal Mur, dirigida por Marco Potyomkin, y producida por Rubén Barranco.

El anarquista Martín Arnal Mur, natural de Angüés (Huesca), miembro de la colectividad agraria impulsada por los anarquistas de su pueblo, combatiente contra los nazis en la Resistencia francesa, guerrillero en el maquis contra el franquismo, recluso en campos de concentración en Francia, falleció el pasado jueves, 21 de octubre, en Francia tras una vida de compromiso anarcosindicalista y, en los últimos años, con la memoria y reparación de las víctimas del franquismo. En este momento, era uno de los pocos testigos vivos de los tiempos de la guerra de 1936, pues el próximo 12 de noviembre habría cumplido 100 años.

Martín había nacido en 1921 en Angüés, en la comarca de la Hoya de Huesca, en el seno de una familia de labradores sumida en la pobreza y afiliada a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) de Aragón. Era el sexto de diez hermanos, teniendo que empezar a trabajar a los 12 años como criado de una familia en la localidad cercana de Bespén.

Tras el levantamiento fascista de 1936, la familia Arnal se significó en la lucha para derrotar el golpe de estado militar. Dos hermanos mayores de Martín, José y Román Arnal, militantes del grupo ‘Bakunin’ de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), fueron fusilados en Huesca en enero de 1937, tras haber sido capturados al inicio de la guerra por las tropas franquistas, junto con otros 31 vecinos de Angüés.

Martín, que por entonces tenía quince años, se incorporó como trabajador agrícola a la colectividad agraria de Angüés, creada para recuperar las cosechas que se perdían a consecuencia del golpe de estado y la guerra, hasta que en marzo de 1938, con 16 años, fue movilizado por el gobierno republicano al Frente en la comarca, para participar en la construcción de fortificaciones y trincheras en Monflorite.

Tras el avance de las tropas franquistas huyó a Francia andando desde Angüés, tras atravesar los pasos pirenaicos. Pese a su juventud, el gobierno francés lo llevó en tren al campo de refugiados de Angoulème junto con otros antifranquistas aragoneses y españoles. Logró salir de aquel campo, antes de que lo enviasen deportado a Mauthausen, tal y como les sucedió a muchos de sus compañeros de confinamiento. Dispuesto a continuar la lucha contra el fascismo en España, retornó por Cataluña a comienzos de 1939 para unirse a los últimos coletazos de la Guerra Civil. Tras la caída del frente catalán, hubo de incorporarse a las columnas de refugiados españoles que atravesaban la frontera francesa. Primero fue confinado en Perpignan y, de allí, encerrado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer y después en el campo de tiro de Burge del ejército francés y en los trabajos de construcción de la Línea Maginot. Años más tarde, recordará “fue un exilio terrible. Nos salvó la vida, pero no de las miserias de los campos de concentración del Mediterráneo”.

Mientras permaneció en Francia, se incorporó a la Resistencia contra la invasión alemana, al mismo tiempo que a la reorganización clandestina de la CNT, actuando en las operaciones de penetración guerrillera y acciones del maquis en territorio español. A principios de 1944 se encargaba de vigilar la frontera y reconocer el terreno para el paso de guerrilleros por la zona del Sobrarbe.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial se quedó a vivir en Francia. Trabajó cortando leña, en los ferrocarriles y en la construcción como albañil. En Rebastens conoció a Ángela Salas González, la compañera con la que se casaría en 1949 y con la que tendrá un hijo y dos hijas. A partir de ahí hizo su vida en esta localidad francesa trabajando de albañil hasta su jubilación a los 63 años. Tras la muerte del dictador Franco en 1975 regresó con Ángela a Angüés para vivir en su tierra natal.

Martín se unió a los grupos memorialistas de Aragón, reclamando la exhumación de los cadáveres de una fosa común de Las Mártires, en el cementerio de Huesca, lo que permitió, en 2018, el hallazgo de los restos de cinco personas asesinadas por el fascismo, entre ellas su hermano Román. “Nos deja su historia, su lucha incansable contra el fascismo. Que la tierra le sea leve”, ha escrito Mercedes Sánchez de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón.

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