VI Época - 17

CONTROVERSIAS ENTRE AMIGOS

Cuestiones de suma (o poca) importancia

Antípodo y Odopitán son dos amigos anarcosindicalistas y campaneros. Cada lunes los encontramos en el local del sindicato pontevedrés enzarzados en fraternales discusiones.

Odopitán – Ayer, el gobierno decretó el “estado de alarma” y “toque de queda” en todo el país, con la excusa de reducir la expansión de la pandemia en esta “segunda ola”.

Antípodo – Efectivamente, una excusa. Nada más que una excusa obscena y falsa. No existe ninguna relación demostrada entre un “toque de queda nocturno” (de 10 de la noche a 6 de la mañana) y la transmisión de la covid19 de individuo a individuo, si además se exceptúa de la prohibición a las grandes empresas industriales que, por razones de cálculos de producción y beneficio, celebran en esas horas un turno nocturno.

Odopitán – Tampoco yo observo más que una ínfima relación entre ambas cuestiones, no siendo que hubiese estudios fehacientes -que ignoro- de que una proporción significativa de los contagios se esté produciendo precisamente en actividades ejecutadas a partir de las 10 de la noche y fuera del ámbito doméstico, hoteles, pensiones, albergues o alojamientos.

Antípodo – No la observas porque apenas es significativa socialmente y, sobre todo, porque tampoco muestran los estudios científicos que pudieran establecerla, quizá porque no los hay. Es así de sencillo. Las pocas ocasiones en que se filtran datos del “rastreo” oficial, el origen de los “brotes” se vincula muy mayoritariamente al ámbito familiar y laboral “diurno”, cuando no a residencias de ancianos, lugares de trabajo, agrupaciones de personas con diversos motivos: deportivos, fiestas, hacinamiento impuesto …

Odopitán – Y al ocio nocturno.

Antípodo – No sé a lo que tú y los ideólogos del régimen os referís con el vocablo “ocio”, pues a mi entender el teatro, la danza, las exposiciones, los espectáculos artísticos, incluso el cine, los rituales sociales, las conferencias o los formales o informales encuentros de grupo y/o afinidad para el debate y la reflexión cotidianas, no son en absoluto meros espectáculos más o menos alienantes, destinados a la narcosis y distracción social en momentos de “tiempo libre” y descanso de las obligaciones. Al contrario, a mi entender, son acontecimientos inexcusables, pues no hay vida ni sociedad que merezcan tales nombres, en ausencia de las experiencias colectivas del arte y la poesía, del conocimiento, del encuentro y la confrontación ética e ideológica con el otro, etc.

Odopitán – Sabes muy bien que no me estaba refiriendo a esa cuestión, con la que estoy absolutamente de acuerdo contigo. Me refería al uso común del término en frases como “industria del ocio” o “sector del ocio”, dirigido al disfrute y el consumo.

Antípodo – Intentar reducir el arte, la poesía o la filosofía, en suma, el conocimiento humano a un espectáculo ocioso e insustancial, es una operación ideológica -antisocial y destructiva- diseñada y ejecutada por los gigantescos emporios capitalistas del Espectáculo, la Información y la Comunicación, que dominan, nunca mejor dicho, la “escena” internacional.

Odopitán – Volvamos a la cuestión que nos preocupaba. Tengo la impresión de que el gobierno (y todo el aparato de propaganda a su servicio) justificarán el toque de queda nocturno, con la excusa de los contagios habidos en el ocio nocturno: discotecas, botellones, cenas en restaurantes …

Antípodo – Bien, la cadena de torpes pretextos y excusas falsas puede alargarse hasta el infinito. Es bien sabido que tras la estafa inicial, pongamos por ejemplo, que significa toda guerra siguen en rosario infinito las justificaciones que adornan cada batalla, cada matanza, cada muerto sin excusa… No le des más vueltas, amigo Odopitán. El “toque de queda” (por cierto, concepto que ni siquiera se encuentra en el cuerpo legislativo español) que ahora se nos impone, no tiene por objeto la pandemia. En este sentido, es una medida ineficaz y absurda.

Odopitán – Entonces, ¿Qué otro objeto puede tener esta decisión del gobierno, sino es el de intentar frenar los contagios?

Antípodo – Prácticamente la totalidad de los servidores del poder económico y estatal en España (gobernantes y oposición, derechas e izquierdas, castas políticas corporativas de todo signo), cada una de ellos con aspiraciones particulares concretas en el ejercicio del control social y manejo autoritario de la acción pública en su propio interés y de aquellos a los que sirven -con la excusa de una pandemia de leve letalidad, pero con abrumadora diferencia según la edad- se subieron al carro de construir el pánico social y, sobre ese miedo, organizar e imponer su ideal de “nueva normalidad”.

Odopitán – ¿Pretendes decir que el “toque de queda” y las políticas extremas de confinamiento no tienen otra razón de ser que el gobierno de la población por el miedo al modo que en otros tiempos se usaba el espantajo del “enemigo exterior” o “el ojo del vecino, familiar de la inquisición”?

Antípodo – Tras la observación de la realidad que desvelan las cifras que ellos mismos aportan sobre la enfermedad, es esa la conclusión a que llego. No cabe otro desenlace razonable. Recuerda el origen militar del “toque de queda nocturno”, impuesto por el ejército ocupante sobre una ciudad a efectos de prevenir que los ocupados pudiesen, al amparo de la noche, realizar acciones subversivas. Nada de eso es posible hoy, salvo el hecho mismo de ‘vigilar” y “controlar” por parte de las autoridades, la obediencia de individuos y colectividades. A esto sirve el espantajo apocalíptico que estamos sufriendo de cifras y más cifras en base al cual decidir confinamientos, mascarillas, parálisis económica y social, al que ahora hay que sumar el “toque de queda” por seis meses. Delirio e infamia que soportaremos con la impotencia debida.

Odopitán – ¿Impotencia debida? Supongo que te refieres a que de algún modo pudiéramos no serlo. Lástima que tengamos que dejar aquí la charla. Hasta la próxima semana, Salud compañero, ¡cuidémonos, aún a costa de nuestra libertad!

Antípodo – De ningún modo. Quede para los pusilánimes ese cuidado.

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