EL MODORRO Y OTROS CUENTOS LIBERTARIOS

Cuando estaba ayer haciendo una revisión de los libros de mi biblioteca, que entregaré en su día a la proyectada Fundación de estudios y documentación del anarquismo y el anarcosindicalismo en Galicia, me topé con una preciosa antología literaria, que no me resisto a pedir un espacio a La Campana, para ofrecer a todos sus lectores una brece reseña.

“El modorro y otros cuentos libertarios” (Edit. Rasmia, 2014), es una compilación de veinte relatos breves de otros tantos autores cuyo denominador común es haber puesto su arte al servicio de los oprimidos, la denuncia de las injusticias y, también, de la esperanza revolucionaria de los que luchan por una sociedad mejor y más libre.

Todos y cada uno de los textos elegidos, apelan no solo a nuestra conciencia, sino también a nuestra inteligencia para transcender del caso particular a la causa general que provocan en ellos tanto y tanto infortunio. Como señala el prólogo, en estas narraciones se “habla de Libertad, de su ausencia, su búsqueda, su necesidad…”.

La actual antología tiene al menos dos grandes precedentes históricos, ambos de gran importancia en su momento. El primero es la compilación publicada en 1913 por el anarquista balear Juan Mir, bajo el titulo “Dinamita cerebral: antología de los cuentos anarquistas más famosos”. El segundo precedente, mucho más reciente, es “El cuento anarquista (1880-1911)”, con selección y prólogo de Lily Litvak, publicado por la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo en 2003.

Una de las notas editoriales de presentación, afirma que esta nueva recopilación, al igual que las dos anteriores, rescata “voces que ayer describieron lo que hoy sigue ocurriendo”. Tal como resume espléndidamente Juan Mir, prologuista y editor en 1913 de Dinamita cerebral, son autores para los que «El arte es revolucionario, el pensamiento es revolucionario, el corazón del hombre es revolucionario; y así́ será́ mientras la tiranía sea monstruosa, mientras se funde en el error y mientras sus obras sean malvadas e injustas, que es como decir mientras la tiranía exista en cualquiera de sus formas.»

El título de la antología que comentamos procede del cuento “El Modorro”, un impresionante relato de Joaquín Dicenta (1862-1917), literato de gran fama en su momento, que nunca abandonó “sus ideas progresistas y anticlericales, ni su apego por las gentes del lumpen y los excluidos”. Dicenta fue también el autor de la pieza dramática Juan José́, una de las obras de teatro más estimadas por el movimiento obrero español, mil veces representada por toda España en los centros culturales obreros, casas del pueblo y ateneos libertarios.

Desde el punto de vista literario e ideológico, los autores de estos cuentos están influidos por escuelas y corrientes literarias muy diversas como el naturalismo, la novela social y, claro está, por el anarquismo, sin que ello quiera decir que todos sean anarquistas ni propiamente militantes libertarios. Algunos son bien conocidos: Vicente Blasco Ibáñez (Primavera triste); Joan Salvat- Papasseit (Humo de fábrica); Ricardo Flores Magón (La prensa y el carácter de imprenta); Francisco Pi i Margall (El Hurto); Ricardo Mella (El ogro); Azorín (El Cristo nuevo); Rafael Barret (La gran cuestión). Otros, aunque menos conocidos, no fueron por ello menos influyentes en su tiempo, sobre todo entre los trabajadores más conscientes. Autores como Jacinto Octavio Picón (El hijo del camino) o como la militante anarquista y luchadora por la emancipación de la mujer, Teresa Claramunt (Sangre roja y sangre azul. Cuento infantil) o la escritora argentina Herminia Brumana (Los deberes), cuya literatura denuncia la iniquidad de la escuela y la opresión de la mujer, o el dramaturgo uruguayo Ernesto Herrera (Vidas paralelas), Baldomero Lillo (La compuerta número doce), etc.

En este variopinto conjunto de textos libertarios el lector puede encontrar descripciones y reflexiones sobre algunas de las doctrinas y actitudes que vienen preocupando al movimiento anarquista y obrero desde sus inicios orgánicos, hace ya más de 150 años: la “propaganda por el hecho”, la “solidaridad”, la “farsa política”, la “engañifa del hecho electoral democrático” el “magnicidio”, la “educación libre”, la “condición obrera”, la “explotación laboral”, “la humillación y la rebeldía” , etc, etc.

El volumen concluye con una sentencia de Albert Camus que muchos libertarios ya hicieron suya: “¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no. Pero negar no es renunciar: es también un hombre que dice sí desde su primer movimiento (…)”. En pocas palabras: NO a la tiranía, SI a la libertad; NO a la explotación; SI a la solidaridad; No al enfrentamiento y las fronteras, SI al apoyo mutuo y la unión …

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