VII Época - 1

337 MUERTES EN ACCIDENTE LABORAL EN EL PRIMER SEMESTRE

Poco importa la vida del trabajador, si el beneficio del empresario y de la ‘economía’ es alto

Los accidentes laborales se siguen cobrando en este país la vida de centenares de trabajadores cada año. Sólo en este primer semestre (de enero a junio de 2023), las estadísticas oficiales, publicadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 337 trabajadores -más de dos por cada día laboral- han perdido la vida en siniestros producidos durante su jornada laboral.

En esta violencia letal que se ejecuta sobre los cuerpos de los trabajadores no hay tregua. Tampoco día sin duelo, ni hora sin desgracia, que se multiplica en proporción geométrica al ahorro, al incumplimiento de las empresas en materia de seguridad y formación en el oficio y profesión y a la codiciosa mentalidad de los empresarios y gestores, que olfatean dinero en su bolsillo cuando la entiba cruje, el trabajador se desloma, el minero deja el pulmón en jornadas y ritmos agobiantes o el sueño alivia al camarero al volante, cuando regresa a casa, tras horas y horas de trabajo.

Dos muertos al día, es una cifra dramáticamente inaceptable, no solamente por la trágica dimensión de la cifra, sino porque en su abrumadora mayoría son ‘accidentes’ fatalmente previsibles y, sobre todo, evitables con solo modificar las condiciones de trabajo vigentes.

Estas abrumadoras cifras, al reflejar la siniestralidad mortal por accidente de trabajo en España, una de las más altas de los países industrializados, describen descarnadamente las condiciones de trabajo en gran número de empresas, en las que la ley que manda es la del beneficio a toda costa.

Todos los informes y estudios sobre siniestralidad laboral en España, insisten en denunciar que el mayor porcentaje de accidentes laborales está relacionado con la precariedad laboral, la duración excesiva de las jornadas, el régimen de trabajo extenuante en condiciones de explotación, la exposición permanente a situaciones de riesgo insufribles o el cansancio. De hecho, del total de fallecimientos en accidente laboral sufridos en este semestre, 277 se produjeron durante la jornada de trabajo, y 60 ocurrieron en desplazamientos al trabajo, los denominados “in itinere”. La estadística de Trabajo revela, además, que de los 337 trabajadores que perdieron la vida en un accidente laboral hasta junio, 296 eran asalariados y 41 eran trabajadores autónomos, en situación muchos de ellos de autoexplotación.

Una organización sindical como la CGT no puede admitir esta situación sin denunciarla y combatirla y sin ejercer la movilización necesaria que ponga fin a esta sangría intolerable.

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