VII Época - 4

UMBERTO TOMMASINI

Perseguido por todos los autoritarismos estatales, jamás dejó de ser “un hombre libre”

Con esta pequeña página memorialista, La Campana trata de recuperar algunos momentos, episodios y figuras que iluminan la grande e inacabada historia de la lucha por la libertad que los individuos y los colectivos vamos librando. Pretendemos con ello que este final abierto sea, a modo de ancla de navío, símbolo del arraigo en la tradición anarquista y libertaria, pero cuya leva anuncia la reanudación del permanente viaje hacia mundos mejores, aunque las tormentas no falten. En ningún fondo podíamos echar el ancla mejor que sobre el recuerdo del anarquista italiano Umberto Tommasini

Hace pocos días, el 15 de agosto, se cumplía el cuarenta y tres aniversario de su fallecimiento, ocurrido en 1980. Aquél triste día, se produjo la muerte física de un “hombre libre”, de un compañero anarquista italiano que, pese a la represión y torturas sufridas, siempre a manos de sicarios del totalitarismo y terrorismo estatal (policía fascista italiana, agentes estalinistas españoles, gendarmería democrática francesa, ‘justicia’ democristiana italiana), nunca cesó en su lucha por una “nueva humanidad”, en la que no cupiese institución alguna que impulsase, amparase o justificase la explotación y el sometimiento de un ser humano a manos de otro ser humano.

Vino al mundo en el seno de una familia obrera del norte de Italia, en Trieste, el año 1896. Desde muy joven, con 13 años, ya participa en las movilizaciones que los obreros anarquistas trentinos convocan en protesta por la condena a muerte y posterior ejecución del maestro Francisco Ferrer i Guardia en Barcelona, el año 1909.

Al estallar la primera guerra mundial, fue detenido e internado en el campo de prisioneros de Mauthausen. Al término de la Gran Guerra es liberado, incorporándose a partir de 1922 a la lucha contra el fascismo italiano. En 1925 organiza un grupo anarquista e intenta un atentado, fallido, contra Mussolini. Durante seis años fue internado en las áreas de Ustica y Ponza, hasta que en 1932 puede escapar a Francia, donde permanecerá́ hasta 1936 como uno de los militantes libertarios más activos del exilio italiano.

Al estallar en 1936 la Guerra Civil española, Tommasini se incorpora a la lucha de los antifascistas españoles y se enrola en la Columna Ascaso, integrada por voluntarios anarquistas y anarcosindicalistas.

Cuando en 1937 estalla el enfrentamiento en la zona todavía bajo control republicano entre libertarios y comunistas, Umberto es hecho prisionero por los estalinistas y encerrado en una cárcel de Valencia, de la que logra escapar. De regreso a Francia, las autoridades de aquél país le reservan el mismo destino que a los miles de refugiados españoles que huyen de la represión franquista: primero el internamiento en un nuevo campo de prisioneros, el de Vernet d’ Ariege, y después su extradición a Italia, cuyo gobierno lo había reclamado. Nuevo encarcelamiento.

Cuando termina la Segunda Guerra Mundial, una vez recuperada la libertad, enseguida organiza un nuevo grupo libertario en Trieste, el grupo Germinal, que editará una revista del mismo nombre. Al poco tiempo se le nombra director del periódico anarquista, Umanitá Nova, lo que le vale nuevas detenciones y procesos. Su decidida lucha en pro de la libertad lo convierte en objetivo de los grupos fascistas y militaristas italianos, que no le perdonan sus constantes denuncias. Sufre varios atentados, afortunadamente fallidos. Todo ello no le impide participar, cuando no organizar, en todas las tareas y Congresos importantes de la Federación Anarquista Italiana.

El 15 de agosto de 1980, a los 88 años de edad, fallece el compañero. Sobre su tumba, uno de sus amigos, compañero del grupo Germinal, expresó en un epitafio de extraordinaria sencillez la apasionada vida del amigo: Ha muerto un hombre libre, Umberto Tommasini.

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